Fletes: fluctuaciones de precios y oportunidades para América Latina

El costo de los fletes en China, principal socio comercial de América Latina, ha sufrido por años el famoso aumento general de tarifas (también conocido como GRI por sus siglas en inglés)

Se trataba de un fenómeno que iniciaba en agosto y terminaba en noviembre, cuya explicación se encontraba en el aumento de la demanda de espacios por las fiestas de fin de año en Occidente, los aumentos de temporada alta y la usual congestión de las dos semanas previas al siempre amenazante festival de la Luna Llena.

Los problemas derivados de la volatilidad de precios en los fletes impactan en América Latina, y de manera más marcada que en otros lugares, debido a un efecto de economía de cascada por el cual las aduanas y gobiernos de esta región cobran impuestos del valor CIF. Como consecuencia, únicamente con una suba de los fletes, los productos podrían llegar a duplicar su precio de venta al público.

 

Fluctuaciones en China: antecedentes y proyecciones

El GRI solía suceder todos los años, durante toda la década del 2010 al 2019. Después, en 2020, la pandemia de Covid-19 dejó los precios por el piso. Más adelante, en la segunda mitad del 2021 y casi todo el 2022, los precios se ubicaron en niveles récord al registrar una suba de más de 500%.

Las razones de esa suba fueron variadas, entre ellas, la reacción al parate por parte los consumidores, aumento de la demanda, y la de las empresas, que comenzaron un proceso de sobreabastecimiento, la resurrección del Just in Case y la aparición de nuevas modalidades del shoring.

Hoy sin siquiera llegar a la mitad de la década estamos en el centro de una corriente de nuevas vertientes. La falta de car carrier (barcos especialmente diseñados para transportar diversos tipos de vehículos) y el boom de los automóviles chinos, sumado a los efectos de la geopolítica sacudieron el primer semestre del 2024 con otra nueva alza de los costos de flete.

Por otra parte, de cara al futuro, vemos una luz al final del túnel con la aparente baja de los precios en el segundo semestre. Sin embargo, la razón nos lleva a pensar que esa expectativa es solo un espejismo y que, en el marco del Día Nacional de la República Popular de China (festividad que paraliza todo por varios días en el territorio de la China continental), se perderá la primera semana de octubre que generará un posterior aumento en la demanda de espacios y aumento en los precios de los fletes.

 

Inacción de las líneas marítimas y el impacto en América Latina

Por la fuerte volatilidad que viene registrando China y la permanencia de esa tendencia, surge la pregunta respecto a cuál es la razón por la que, a pesar de repetirse de manera cíclica, no se toman las medidas necesarias para aumentar la oferta mantener el flujo de carga sin atentar de manera drástica contra los precios.

Los que estamos en este negocio ya sabemos y entendemos claramente todo esto. Por eso, resulta incomprensible la miopía de las líneas marítimas de carga para entender la demanda y la incapacidad que presentan para proveer un servicio cuyo costo no fluctue a merced del viento.

Para algunos, esa ceguera se trata de un fenómeno autoinducido, para otras personas puede tener que ver con un acuerdo entre los gigantes del mar. Pero, más allá de las suposiciones, algo que se puede analizar de manera más certera es que, al menos por el momento, no hay forma de detener la pasividad de las líneas ante esta situación, menos aún en un contexto en el que muchas de ellas están dando indicios de unión o fusión. Estas señales apuntan a un escenario de monopolización en cual estas empresas podrían contar con incluso una mayor capacidad para seguir jugando con los precios.

Ante esa situación, en América Latina, la gran posibilidad está en convertirse en centros de transformaciónalmacenaje de materiales crudos para su posterior ensamble o manufactura de materia prima.

Para avanzar en ese sentido, será necesario impulsar la inversión en zonas logísticas especiales y la creación de leyes para generar verdaderas zonas francas que impulsen el desarrollo de sectores donde los gobiernos se beneficien de la creación de puestos de trabajo y no del tributo por el paso o transformación de la mercancía.

En definitiva, debemos aprovechar la oportunidad que surge a partir de las fluctuaciones drásticas de precios de los fletes de China y apostar a que el desarrollo que se genere en América Latina sea continuo, orientado a convertirse en una estrategia de crecimiento a largo plazo.

Por Infobae

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