Se estigmatizan las importaciones como si cada compra al exterior fuera un perjuicio para la industria local, cuando en realidad, más del 80% de ellas son destinadas a insumos productivos y bienes de capital.
Un grupo de 300 agentes de carga de Argentina, preocupados por la difícil situación por la que atraviesa el sector, consensuaron el siguiente texto:
El mismo sector logístico destacado como “actividad esencial” cuando la pandemia amenazaba con desabastecer a los mercados y a la sociedad, aquel que logró sortear en base a su profesionalismo las innumerables dificultades permitiendo que todo siguiese en marcha aún en aquellas condiciones extremas, hoy alerta sobre un riesgo que, de manera silenciosa para la mayoría, amenaza a todo el aparato productivo nacional, al comercio, a los vínculos del país con el mundo y, sobre todo, al conjunto de la sociedad.
En estos días, los profesionales vinculados con el comercio exterior argentino se sorprenden por la poca difusión que la crisis que apremia al sector tiene en los medios de comunicación, y no por un tema de egocentrismo, sino que las grandes dificultades que se están viviendo “río arriba” en el sector, muy pronto descenderán por la corriente afectándonos a todos, de una u otra manera.
Es que a la arbitrariedad de la SIRA, que es el impredecible Sistema de Importaciones de la República Argentina, se sumó la imposibilidad de pagar los fletes marítimos y demás gastos de importaciones y exportaciones (debido a la no aprobación de SIRASE) tal como se realiza en el comercio internacional, posicionando al puerto de Buenos Aires como un “puerto sucio”, lo que en la práctica nos aleja aún más del mundo, en momentos en los que más necesitamos comercializar para generar las divisas que nos permitan lidiar, por ejemplo, con una de las inflaciones más elevadas del planeta.
Por otro lado, se sigue estigmatizando a las importaciones como si cada compra al exterior fuera un perjuicio para la industria local, mientras que desde la Cámara de Importadores de la República Argentina (CIRA), no dudan en documentar ante quien lo consulte que “más del 80% de las importaciones que realiza el país son destinadas a insumos productivos y bienes de capital.
La importación es generadora de empleo, generadora de actividad, generadora de comercio y el principal cliente en la importación es la industria nacional; la cual necesita de estas importaciones para la posterior generación de divisas a través de las exportaciones de productos argentinos.
Es por esto que cuidar a los operadores logísticos no es un reclamo sectorial, sino un tema estratégico que prontamente mostrará sus síntomas en forma de desabastecimiento, baja en la actividad industrial, comercial y crecimiento del desempleo.
Desabastecimiento, desempleo y aislamiento internacional
Porque más allá de que el crecimiento del desempleo es la consecuencia lógica cuando la actividad económica desciende, el sector logístico en sí es un gran generador y demandante de empleo, y son muchas las familias que hoy mismo están sufriendo las consecuencias.
Según el Index del Mercado Laboral del portal de empleos Bumeran, entre los sectores con más postulaciones se ubica el de Abastecimiento y Logística, con un 21% sobre el total, siendo uno de los tres líderes en generación de demanda y oferta en el mercado laboral.
Además, estamos también “quemando las naves”. Porque esta crisis evitable, ya que es auto generada por medidas restrictivas sin visión estratégica, está diezmando las estructuras de las empresas que operan en la cadena de abastecimiento, las cuales son vitales para sostener y hacer posible el necesario crecimiento económico.
Se acogota el comercio exterior, las navieras ya cobran los fletes en origen.
Mientras el mundo discute cómo aumentar la eficiencia logística en línea con la necesidad de ser más sustentables, en Argentina la campaña electoral domina el espacio en los medios, mientras una enfermedad silenciosa ataca las venas y arterias que nutren al país y lo conectan con los mercados internacionales.
Y este no es un mensaje sectorial, porque todos los profesionales de la logística están al tanto y sufriendo este difícil contexto. Es un mensaje que busca generar conciencia y alertar a toda la sociedad sobre el difícil contexto que se avecina en el horizonte cercano, sobre el cual nada desearíamos más que estar equivocados.
Ojalá así sea.
Por El Cronista